HISTORIAS DE LUCHA OBRERA


Maquinaria


Las máquinas llegaron para optimizar el trabajo (y a veces para eliminar puestos de trabajo, pero eso es otra historia). Marcos trabaja mucho con ellas, pero siempre piensa lo mismo, "¿De qué cojones sirve una máquina si no va bien?".

El mantenimiento de las máquinas es penoso. La Empresa se ha buscado a un amiguete que "sabe" de reparaciones y le hace cuatro ñapas a las máquinas para que tiren unos días más. Pero las máquinas tienen caducidad, y sobrepasado con creces el tiempo de vida útil, cuando empiezan a fallar, hay que cambiarlas, algo que la Empresa nunca hace.


Marcos está harto de esta situación. Ya pasó por un encontronazo con supervisión hace años por este motivo, y las cosas seguían igual:


A vueltas con Supervisión


Cansado de avisar una y otra vez sobre una máquina concreta, la cual es de precisión y de la que depende una gran responsabilidad, Marcos ya no pudo más. Con su pronto, cogió la máquina y la tiró con fuerza al suelo. La máquina saltó en mil pedazos.

El estruendo fue tal que hizo que todos se giraran, y el 'Superior de raza' salió de su caverna:


— ¿¡Pero qué ha pasado!?

— Pues mira, he cogido la máquina para ir a una emergencia, y con las prisas, no me he dado cuenta de que estaba conectada a la corriente para cargar la batería, y al tensarse el cable, la máquina se ha ido al suelo, lo siento.


Un compañero afín que estaba de espaldas al asunto, se estaba descojonando, y Marcos tuvo que aguantarse la risa mordiéndose las mejillas.


— ¿Que lo sientes?, más lo va a sentir compras cuando le pase el parte. Por Dios, que torpeza, es que no cuidan nada bla bla bla bla....— se fue renegando en hebreo el 'Superior de raza' de vuelta a su caverna.


Años de aguantar los fallos de la máquina y en solo dos días llegó una totalmente nueva.

"Tomo nota", pensó Marcos con una sonrisa.




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