HISTORIAS DE LUCHA OBRERA


La mosca


Marcos odia a los jefes, no es ninguna sorpresa, es anarcosindicalista, así que lo lógico es que odie toda jerarquía y cualquier forma de dominación y opresión. Pero hay algo que Marcos odia más aún, los "compañeros" esquiroles, vendecompas, traidores y chivatos.


En una de tantas luchas, con concentración en la puerta del curro, hubo uno de esos esquiroles que fue pasando por todas las plantas "recomendando" a las trabajadoras de no ir a la concentración porque la Empresa iba a tomar nota.

Uno de esos pocos trabajadores con consciencia de clase avisó a Marcos. Ni que decir tiene que ese personaje era pro empresa (luego se supo que estaba afiliado al sindicato de la Empresa, UGT).


Marcos se enfadó mucho, su primer instinto fue buscarlo, cogerlo por el cuello y reventarlo a ostias, pero aunque tiene un pronto malo, no es tonto, y eso le habría costado caro. Se fue al vestuario a calmarse un poco, como solía hacer en estos casos, pero una mosca cojonera no le dejaba en paz, "¿Qué cojones comen estas puñeteras moscas que están tan gordas?", y así se le encendió la bombilla.

Cazó la mosca, escribió en un trozo de papel "El próximo serás tú" con mala letra para que no se la reconocieran, y pegó la mosca con sus tripas al papel, a modo de firma. Colgó el papel en la taquilla del esquirol con mocos (no tenía celo a mano) y se fue.


Después de unas horas finalizó la jornada y bajaron todos al vestuario, el esquirol también. Marcos se hacía el longui pero vigilaba la reacción del esquirol. Cuando llegó a su taquilla y vio el mensaje lo arrancó, escondiéndolo de los demás, que ya lo habían visto, y mientras se le caían las cosas que llevaba en las manos, se giró hacia Marcos, que iba a lo suyo, como si no supiese nada, ajeno a todo, encerrado en su mundo, pero disfrutando como un niño por dentro.




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