BB SAGA
► OBRAS
Aquellas obras no terminaban nunca. Tenía la casa patas arriba, todo envuelto con plásticos y el material por medio. Quería remodelar el espacio ahora que había tenido una hija. Su mujer se había encargado de la nueva distribución, pero no podría ver el resultado, murió en el parto.
Las obras se las había encargado a un amigo, y la confianza estaba provocando el dilatado retraso. Se supone que cuando llegara el bebé ya habrían acabado. "Jamás vuelvo a contar con amigos para nada más" pensaba, mientras él mismo se ponía manos a la obra para avanzar un poco.
Llevaba mal la muerte de su mujer y aquella niña le recordaba a ella cada minuto, "se parece tanto". Los amigos le habían dicho que tenía que pasar página. Ya habían pasado cinco meses y tenía que ir deshaciéndose de las cosas que le recordaban a ella para avanzar en el proceso de duelo.
A la niña le estaban saliendo los dientes y no paraba de llorar. Mario estaba desesperado, y encima tenía la casa patas arriba y llena de polvo. Estaba llegando al límite.
Aquella noche la niña lo despertó berreando. Eran las 3:10. La cogió y la balanceó sin éxito. Fue a la cocina y cogió el mordedor del congelador. Se calmó un poco, pero en un par de minutos empezó el show de nuevo.
Mario, desesperado, no sabía qué hacer. "¡Cállate ya!" le gritaba mientras la zarandeaba. En una de las sacudidas oyó un 'crock' y la niña se calló de repente. La cabecita le colgaba. No respiraba. "Oh Dios, ¿qué he hecho?". Su culpabilidad dejó sitio a la relajación. Ya no habían lloros, solo silencio. "Rompe con todo lo que te recuerde a ella y pasa página, que ya es hora. Vive tu vida" le había dicho un amigo.
Cogió el cuerpecito sin vida de su hija "Dios, como se parece a ella" y lo llevó al salón. Preparó mortero y puso a la niña entre los tochos de un tabique a medio hacer.
Aquella noche terminó la obra.
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