ESPECTRAL
Florescente y mosca
En la novena planta, frente a los ascensores, la habitación 902 se situaba como portal al "más allá". Paladín de lo desconocido, esa habitación era la antesala de la muerte. No, no exagero. Esa habitación sabía cuando su huésped iba a morir, y nos lo hacía saber.
Cuando alguien iba a fallecer, el fluorescente situado delante, en el pasillo, parpadeaba. Además aparecía una de esas moscas gordas que no paraba de revolotear por esa zona.
Era indicativo inequívoco del final del paciente.
Yo, siempre escéptico, pensaba que era casualidad. Era una planta de medicina interna y habían muchos abuelos, era normal que muchos fallecieran.
En una ocasión ingresó un chaval joven, de unos 30 años (diría que tenia 32, pero ya no lo recuerdo). Le costaba respirar y se quedó para unas pruebas.
El fluorescente empezó a parpadear, y yo pensé "ajá, ¿ves como era casualidad?, este chico está bien".
Pues me equivoqué. Le hicieron unas pruebas y vieron un tumor pulmonar (carcinoma estadío IV) con metástasis, muy agresiva, en cadera y espalda.
El fluorescente fue cambiado 2 veces por mantenimiento, incluido cebador y resistencia, y seguía igual.
Joder, en pocos días empeoró, le tuvimos que poner oxigeno y mórficos. Yo llevaba poco tiempo trabajando allí y jamás se me olvidará el terror en sus ojos porque sabía que iba a morir, y la ansiedad que estaba viviendo. Me cogía la mano mientras visiblemente agitado y llorando me decía "me voy tío, que me voy". Yo no sabía que decirle ni a él ni a su pareja, que estaba siempre con él y que intentaba ser fuerte sin mucho éxito.
Cuando salía de la habitación, ahí estaba el puñetero fluorescente parpadeando y la puta mosca dando vueltas.
Se le fue poniendo dosis de mórficos cada vez mayores para mantenerlo semi sedado, y al poco murió.
El fluorescente dejó de parpadear y ni rastro de la mosca.
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