CRÓNICAS DE UN FUTURO PASADO

Narraciones de un testigo



► I.A.


Poco a poco las maquinas fueron ganando terreno en el mundo laboral. La automatización desplazó a miles de trabajadores enviándolos al paro.


Con el tiempo, las máquinas mejoraron, optimizando recursos. Los grandes avances en la inteligencia artificial junto con los avances en robótica hicieron que trabajos que hasta hacia poco eran intrínsecos a las personas los hicieran robots. Trabajos como recepcionista, guía turístico, conductor del transporte público, auxiliares sanitarios, empezaron a ser efectuados por robots o máquinas con inteligencia artificial.


Estas máquinas estaban programadas por humanos, por lo que la inteligencia artificial tenía límites. Podían aprender del día a día y aprender de sus errores, pero no podían pensar por si mismas, no tenían sentimientos. Aun así la gente especulaba con una posible revolución de las máquinas y pedían a gritos leyes que limitaran su uso. "Las máquinas no piensan, no tienen vida" defendían sus responsables. Los gobiernos estaban dispuestos a defender sus intereses millonarios dejando en la estacada al pueblo.


Muchas empresas no supieron adaptarse bien a la introducción de estas máquinas en sus cadenas de montaje, así que hicieron lo que pudieron, adaptando las maneras de los humanos a las máquinas, y como éstas no podían pensar por si mismas, la producción no era lo más óptima que se esperaba. Muchas empresas cerraron por esta causa.


En una de estas empresas, el control numérico responsable de la fabricación de un cilindro para la industria aeroespacial estaba calculado erróneamente, pero las máquinas no piensan… La unidad G-64 se dio cuenta, pensó, y arregló el error de producción.



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