CRÓNICAS DE UN FUTURO PASADO

Narraciones de un testigo



► MICROBIOS


En aquella época la carrera espacial cogió fuerza. EEUU llegó a Marte y China llegó a la cara oculta de la Luna y a Marte poco después de EEUU. Europa consiguió llegar a Europa, una de las lunas de Júpiter, cuya atmósfera contenía bastante oxígeno y con gran potencial para albergar vida, gracias a los océanos subterráneos.


Debido a que Europa tiene su superficie helada, la misión, a la que llamaron 'New Europa', consistía en hacer catas para recabar información sobre lo que había debajo del manto helado. Para ello se lanzó la sonda Zeus, una sonda de retorno de la compañía SpaceX, que debía aterrizar en una zona similar a un valle.

Las muestras fueron llevadas de nuevo a la Tierra. Las catas arrojaron mucha información sobre la formación del satélite, pero además encontraron microbios y bacterias desconocidos, lo que confirmaba que en Europa había vida. Nadie pensó en el sistema de anclaje de la sonda Zeus.


Debido a los fuertes vientos que había en Europa, Zeus llevaba un sistema de anclaje conformado por una garra que penetraba cerca de metro y medio en la superficie helada para evitar deslizarse por el hielo.


Y sucedió.


Se adhirieron al sistema de anclaje varios microorganismos extremófilos, capaces de sobrevivir en condiciones extremas. Sobrevivieron al hielo de Europa y lo hicieron a las altas temperaturas que se alcanzaban en la reentrada de Zeus en la atmósfera terrestre. La sonda fue recuperada y llevada a la NASA. Y empezó la cuenta atrás.


Los virus eran totalmente desconocidos. No se sabía nada de ellos, ni formas de contagio, ni modo de infección, ni tiempo de incubación, pero lo peor es que nadie sabía ni que estaban ahí.

La transmisión del virus era por contacto y aire, por lo que en cuestión de pocos días habían cientos de infectados, y el número crecía exponencialmente. Los técnicos que revisaron la sonda fueron los primeros en caer. Resultó ser que el periodo de incubación era bastante largo, de unos 24 días, por lo que al no haber signos de infección, nadie tomó precauciones. Pero también se esparcieron por el aire en la reentrada terrestre de la sonda, afectando a gente a miles de kilómetros. Para cuando el virus empezaba a dar la cara ya era demasiado tarde.

Los infectados se licuaban por dentro, entre fuertes dolores, y morían entre 32 y 46 horas. Se desató una pandemia en cuestión de dos semanas y no había vacuna. Murieron casi dos tercios de la población hasta que se consiguió detener el contagio, pero aquellos que ya estaban contagiados no tenían cura, estaban sentenciados.




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