CRÓNICAS DE UN FUTURO PASADO

Narraciones de un testigo



► WEATHERBALL


En aquella época se utilizaba una bola de metal del tamaño de una pelota de golf llamada weatherball.

Se colocaba encima del usuario a una altura de unos tres palmos, flotando en ingravidez. Estaba sincronizada al usuario mediante un ID que lo vinculaba mediante un enlace cuántico. La bola era alimentada por los nuevos condensadores de energía infinita.

El software lo configuraba el propio usuario, y podía variarse en tiempo real mediante lectura de impulsos cerebrales.

El cambio climático hizo que se extremaran las condiciones meteorológicas. El calor predominaba, incluso en invierno, aunque cuando habían frentes siberianos, la temperatura invernal también era extrema, y aunque llovía poco, cuando lo hacía, era de manera torrencial.

Al igual que las cortinas de aire caliente que se instalaban en las entradas de muchos edificios comerciales, se utilizaba el mismo principio para crear un campo de temperatura que rodeaba al usuario desde la bola hasta el suelo. Cada usuario configuraba la temperatura que quería, cambiándola igualmente en tiempo real mediante lectura de impulsos cerebrales.

Descubierto el cuarto estado de la materia en 1928 por Irving Langmuir, se pudo experimentar con el plasma, sobre todo en el ámbito militar. Lo más significativo fueron los escudos de protección para los aviones.

Basándose en aquella tecnología, la wetherball utilizaba el plasma para crear un campo plasmático que rodeaba al usuario. Esto hacía que ni el viento ni la lluvia pudieran traspasar ese campo. Dentro, el usuario estaba a salvo de las inclemencias.


Ya daba igual el temporal que hubiera, si hacía frío o calor. Era curioso ver a gente en pantalón corto y tirantes en pleno invierno a -4 grados.



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