AMALGAMADOS


► MITOSIS


Estaba sola en aquella inmensidad. Solía imaginarse historias fantásticas para pasar el rato y evadir su soledad. Solía también hablar con su propio pensamiento como si fuese otra persona. Se hacía preguntas a las que se respondía ella misma. "¿Estaré loca?", se preguntaba muchas veces.

Vagaba de aquí para allá en busca de alimento y de lugares óptimos donde descansar. Pero su vida no era completa, necesitaba algo: a alguien. Su instinto empujaba muy fuerte pero ella no sabía cómo funcionaba la vida, siempre había estado sola.


Pero la naturaleza no frena porque tú no sepas nada acerca de ella, y un buen día, la pobre eucariota entró en mitosis, y ¡voilá!, ya tenía una amiguita para pasar el rato. Iban de aquí para allá disfrutando mutuamente de la compañía, y un buen día entraron en mitosis de nuevo. Ahora eran cuatro.

Claro, para las simples eucariotas, la mitosis pasaba cada mucho tiempo, pero lo cierto es que la división celular se producía a velocidad de vértigo, y es que ¿sabes?, el tiempo, esa medida inventada por los humanos (empeñados en categorizarlo todo), es muy relativo, ya lo dijo Einstein.


Así pues, cuando no había nada y nada existía, de la nada se crearon los primeros organismos.

Si, amigo, según la ciencia, las células y sus mitosis empezaron a crear organismos más complejos, de los cuales algunos salieron del mar para dar paso a otros organismos... Unos evolucionaron, otros se extinguieron, y luego llegamos los humanos, formados por millones de células como nuestra amiguita del principio de esta historia.


Es curioso, porque el conocimiento ha hecho que desarrollemos la ciencia, y gracias a ella hoy comprendemos un poco como funciona la naturaleza, no como la pobre eucariota que sufría mitosis de tanto en tanto y no sabía por qué. Sabemos qué son y cómo se dividen las células que forman organismos. Se ha abierto todo un mundo, sobre todo desde que se conoce el genoma y cómo meterle mano, aunque eso lo dejo para otra historia.


El caso es que los científicos meten unas cuantas células en una placa y las estudian al microscopio para ver como se dividen, como reaccionan ante otras células; les hacen de todo para ver qué hacen las pobres, y lo que se les ocurra, que para eso han estudiado mucho y son muy inteligentes los científicos.

A veces les meten material genético de otras células, o las ponen a convivir con indeseables para ver quien se fagocita a quien, y lo más gracioso de todo es que las pobres células no son conscientes de lo que se les hace o de qué coño está pasando; pasa y ya está, desconocen que entes superiores manipulan su existencia, ¿pensarán las células que hay un Dios que les envía castigos para ponerlas a prueba porque son sus creaciones y las ama (valga la incoherencia de putearte porque te amo)?.

Pues oye, dándole vueltas a la historia, y cambiando A por B y fulano por mengano, no es muy descabellado plantear cierta hipótesis, conjetura, teorema, teoría o como se quiera llamar.


Siempre decimos que no podemos estar solos en el universo, que tiene que haber alguien más. Y con esto en mente, para allá que me lanzo a fabricar cacharritos espaciales y pedazo de antenas enormes para captar señales extraterrestres (el canal + con ese bicharraco se debe de pillar de la ostia).

Cual célula eucariota, nos sentimos solos y buscamos a alguien que nos acompañe y aunque aun no lo hayamos encontrado (el universo es enormemente enorme) puede que un día, quizá dentro de cientos, miles o millones de años, hallemos nuestra mitosis, como hizo nuestra amiga al principio.


Surgen enfermedades nuevas, nos reproducimos, nos hacen convivir con indeseables, nos fagocitamos unos a otros mediante las guerras, nos mezclamos y a ver que pasa, ¿te suena?.

¿Y si no somos más que un conjunto de bichos que estamos siendo observados desde un microscopio en una placa por unos entes superiores?, ¿por qué dices que no con la cabeza?, ¿nunca te lo has planteado?, las células tampoco y no por ello es menos cierto.

Estamos ahora mismo dentro de una solución llamada galaxia, del que formamos parte, encima de una plaquita de cristal llamada universo y nos observan, debemos ser unos bichos interesantes y nos hacen todo tipo de pruebas y exámenes, que para eso han estudiado mucho y son muy inteligentes los científicos extraterrestres esos (o como se les llame).


Quizá pienses que es una somera soplapollez. Es muy posible que lo sea, o tal vez no; tal vez deberíamos dejar de creernos el ombligo del universo y que todo gira en torno a nosotros. Dejemos de pensar así, porque cuando encuentren “el centro” del universo muchos se decepcionarán al descubrir que no están en él.



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